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17/01/2014

La escalada en Bolsa de Bankia deja en el aire sus juicios por preferentes

Los inversores de preferentes que Caja Madrid vendió en 2009 recuperan el 82% de su inversión si han mantenido las acciones que les entregaron a cambio. La escalada en Bolsa de la entidad puede restar atractivo a esperar al veredicto en los en torno a 3.500 procesos judiciales abiertos.

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Que el Estado le pudiera sacar dinero a los 10.600 millones de euros que inyectó en la macroampliación de Bankia era poco menos que una utopía, y más aún en poco más de siete meses. Pero ha ocurrido. Y los pequeños ahorradores que tenían su dinero en deuda subordinada o preferentes de las antiguas cajas también recuperan, o casi, su inversión inicial, si han mantenido las acciones que les dieron como canje a finales del pasado mayo.

El número de rescatadores particulares de Bankia superó los 130.000. Unos 80.000 eran propietarios de preferentes, en su mayoría compradores de la emisión lanzada en junio de 2009 por Caja Madrid por 3.000 millones de euros. Otros 50.000 adquirieron bonos subordinados con vencimiento de la caja madrileña y de Bancaja.

A todos ellos se les obligó a participar en el salvamento del banco. En concreto, a los inversores en preferentes de Caja Madrid se les aplicó un descuento del 37,2% sobre el valor al que compraron sus títulos. Esa rebaja, con todo, no fue la peor parte.

El dinero restante (62,8 euros de 100) se destinó a comprar acciones a un precio de 1,3526 euros, cuando en el peor momento los títulos del banco marcaron un mínimo de 0,554 euros a finales de junio. Las minusvalías llegaron a rozar el 60% de la inversión original en participaciones preferentes. La escalada en Bolsa de Bankia, del 143,5% desde los mínimos, ha provocado un giro de 180 grados en el escenario.

Siempre y cuando hayan conservado los títulos, los exdueños de las preferentes de la caja madrileña recuperarían al vender las acciones al precio de ayer 62,5 euros por cada 100 invertidos. A este importe hay que añadir los intereses cobrados por las participaciones, unos 20 euros. Recuperarían por tanto alrededor de 82 euros por cada 100 invertidos.

El meteórico ascenso bursátil de Bankia está provocando que la rentabilidad de la inversión de aquellos preferentistas que hayan conservado sus acciones pueda incluso generar dudas en cuanto a la conveniencia de recurrir a la vía judicial. Es decir, si los antiguos preferentistas vendieran ahora sus acciones, podría recuperar gran parte de lo invertido en su momento sin necesidad de afrontar un proceso judicial. Una camino que puede ser largo y, en algunas ocasiones, con costes elevados.

Bankia tenía abiertos 3.245 a finales de julio procedimientos judiciales por casos tanto de preferentes como de deuda subordinada, según datos de la Comisión de instrumentos híbridos. No existen datos más recientes, pero es muy probable que esta cifra haya aumentado considerablemente. Desde el verano, los despachos de abogados están recibiendo “un aluvión de afectados que han sido rechazados en el arbitraje”, señalan fuentes jurídicas.

El porcentaje de sentencias favorables a los afectados por las preferentes es, en todo caso, muy alto. De los 196 pleitos ya resueltos, los jueces han dado la razón al 83% de los demandantes. En muchos casos, además, los preferentistas vendieron sus acciones una vez realizado el canje. “Nosotros recomendamos la venta de los títulos porque entendíamos que era un producto que conllevaba un riesgo muy alto”, señala Raquel Rodríguez, letrada de V Abogados.

El inesperado acelerón de los títulos de Bankia ha estrechado los márgenes de oportunidad. La piedra de toque para evaluar si conviene o no embarcarse en un procedimiento son los honorarios a pagar al abogado, que no siempre son recuperados por el demandante. La mayoría de sentencias conocidas hasta ahora han certificado la nulidad del contrato de inversión por error esencial en uno de los pilares de cualquier contrato: el consentimiento del cliente. Es decir, que no sabía lo que firmaba.

“En estos casos, en que suele haber una estimación íntegra de la demanda y se da la razón en todo al demandante, los jueces también condenan al banco en costas”, explica Guillermo Bayas, coordinador del departamento Procesal de Inley Estudio Legal. Es decir, el fallo se traduce en una devolución íntegra de la inversión a la que se suma además el interés legal del dinero más dos puntos porcentuales y los costes del afectado en abogado y procurador, entre otros gastos.

 “Las costas se determinan en un proceso posterior a denominado tasación de costas”, continúa Bayas. Pero este reintegro tiene límites. En cuanto a los honorarios de abogado, tarifas muy altas, como el 30% de lo que se recupere, podrían no ser totalmente cubiertas por esta tasación de costas.

Plusvalías si el inversor se quedó tras el arbitraje

El proceso de arbitrajes abierto por Bankia en abril del año pasado ya está en su recta final. El total de solicitudes recibidas asciende a 183.326, y de estas, el 73,2% había recibido luz verde por parte de KPMG,que ejerce de árbitro, a cierre del año pasado.

Todavía había 9.378 en proceso de análisis por la consultora y 2.744 en trámite. Mientras, habían sido rechazadas 38.044, equivalentes al 20,8% de las solicitadas.

El caso es que, tal y como está estructurado el procedimiento de arbitraje, aquellos que lo hayan ganado y hayan conservado las acciones ganan dinero.

Por ejemplo, una inversión de 10.000 euros en preferentes de Caja Madrid de 2009 se canjeó por unas 4.600 acciones de Bankia. Si firmó el al arbitraje el 25 de junio, sus acciones se valoraron en unos 2.500 euros. Además, se le entregó en metálico el resto de la inversión hasta llegar a los 10.000 euros. Eso sí, se le descontó la diferencia de intereses pagada por las preferentes –que abonaban un 7% anual hasta que cancelaron la remuneración– respecto a los depósitos. En definitiva, recibió unos 6.400 euros en dinero contante y sonante. Si ha mantenido las acciones, estas se han revalorizado hasta superar los 6.200 euros. La ganancia total respecto a la inversión inicial sería de un 26%.