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19/02/2014

Un fallo contra la venta de acciones de Bankia despierta críticas hacia la mala praxis de la entidad

La sentencia anula una venta por informar erróneamente a una familia, a la que se le devuelve el dinero invertido. Los internautas arremeten contra las entidades financieras y aseguran que las prácticas para timar al cliente no se han erradicado

Bankia y la opv de acciones de 2011 que tanta polémica desató por las pérdidas generadas para miles de consumidores, volvió a convertirse en noticia ayer a raíz de un fallo en el que se arremete contra las prácticas comerciales de la entidad. Se trata de una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 10 de Oviedo, del que es titular el magistrado Pablo Martínez-Hombre, acaba de abrir un nuevo camino para los afectados por la comercialización de acciones. El fallo se ocupa de un caso específico pero que puede extrapolarse a muchos procesos de negociación, en los que el cliente difícilmente sale de la oficina con una idea clara de lo que ha firmado. La denuncia del engaño generalizado se convirtió en el punto clave de la noticia, cargando contra la imagen de las entidades financieras.

A través de una sentencia dictada el pasado 21 de noviembre de 2013, el Juzgado condena al banco a devolver a una familia los casi 22.000 euros -más intereses- que invirtió en la opv, basándose en el `error´ que sufrieron los clientes en el momento de firmar las órdenes, al haberles facilitado información que `notoriamente´ no era cierta. En este caso, los empleados de Bankia se pusieron en contacto con los demandantes, recomendándoles que acudieran a la oferta de estos productos `dado que era muy ventajosa, ya que salían por debajo de su valor real e iban a estar muy bien remuneradas´, según la sentencia. Para ello, y dado que no disponían de dinero en efectivo, la entidad convenció a los clientes de que cancelasen sus depósitos a plazo fijo, indicándoles que tenían tiempo para pensárselo y que al firmar en ese momento no se comprometían.

Los demandantes firmaron los documentos, pero a los pocos días -antes de que se cerrara el plazo de la oferta- intentaron ponerse en contacto con la entidad para cancelar la compra, sin que nadie contestara. Cuando el empleado de Bankia se puso en contacto con ellos -tarde-, les explicó que la operación ya estaba realizada y que no se podía volver atrás. El juez, como respuesta, argumenta que cuando los clientes firmaron el documento, `no tenían la intención de invertir la cantidad total que se hizo constar en esos documentos´. Es más, una empleada de Bankia presente en la negociación, `incitó´ a los demandantes, según el juez, a `solicitar una cantidad superior a la que realmente deseaban´.

A ello se une el hecho de que `notoriamente no era cierto´ que las acciones de Bankia fueran un valor `muy demandado´ -tal y como aseguró la empleada durante la negociación con los clientes-, ni que se estuvieran vendiendo por debajo de su valor. `Todo ello hace pensar que los actores sufrieron un error tanto sobre la cantidad de títulos que adquirían y de dinero que invertían como sobre el valor de dichos títulos, inducidos a pensar por la entidad que la cantidad que finalmente invertirían sería inferior a la reflejada en los títulos y que el valor de éstos era muy superior al precio que iban a pagar por ellos´.

UN NUEVO CASO DE ENGAÑO

Para los internautas, la importancia de la sentencia es relativa teniendo en cuenta que son muchos los pronunciamientos que dan la razón al cliente ante las `burdas prácticas de engaño´ -cuando no de estafa- utilizadas por la banca durante años. Sin embargo, no por ello cada fallo de este tipo deja de despertar críticas y comentarios sangrantes contra la banca, por parte de unos ciudadanos que asisten perplejos al baile de abusos perpetrados durante años. Lo peor, a juicio de muchos, es que el sector no ha aprendido la lección, y que lo que antes se colocaba vía preferentes o cláusulas suelo, ahora pasa a llamarse fondo de inversión o cualquier otra `perla´ que se le ocurra a los directivos de estas entidades. Y es que, en la práctica, el único filtro real para evitar el engaño es no fiarse de las entidades o, como dicen algunos, `ante la duda, guardar el dinero bajo el colchón´.

Son muchos los lectores que se sienten estafados por Bankia -y por otras entidades-, ya sea vía participaciones preferentes o vía venta de acciones. Y aunque hay quien asegura que `a nadie le pusieron una pistola en la cabeza´ para adquirir estos productos, los internautas dejaron claro que `cuando compras cualquier cosa y después resulta que no es lo que te han dicho que debería ser, eso, aquí y en la China, es estafar al cliente´. Con todo, hubo quien aseguró que `todos aquellos que fueron engañados por los bancos y compraron más acciones de las que querían tuvieron ocasión de venderlas, pero la avaricia es muy golosa y echar la culpa al de al lado cuando las cosas van mal es muy fácil´. En la misma línea, se comentó que `otra cosa son las preferentes, pero en la bolsa todo el mundo sabe a lo que se arriesga´. `Señores, bienvenidos a la renta variable, el que no sepa de qué va a esto, que lo meta en un plazo fijo o debajo del colchón, que dormirá mucho mejor´, ironizó un lector.

Sin embargo, para muchos lectores, el proceso de salida a bolsa de Bankia fue indudablemente `anómalo, por suavizarlo´, a lo que se suman las tácticas agresivas de captación de accionistas que tantas veces se han denunciado por los afectados: llamadas personales, promesas de beneficio, falta de información... son parte del listado de malas praxis que arrastran las entidades financieras en general, y que prometen seguir lastrando su imagen gracias, en parte, al goteo de sentencias que reconocen la vulneración de derechos de los consumidores.

Así, para los lectores, aunque es cierto eso de que `a nadie se le puso una pistola en la cabeza para que comprara acciones´, sí lo es que `a muchísima gente la engañaron valiéndose de la confianza que -hasta entonces- tenían con su banco de toda la vida´. `A mi madre la intentó engatusar su agente de Bancaja con las acciones, y casi la convence -a ella que le tiene pánico al riesgo y que no ha comprado acciones de nada en su vida-; menos mal que la pude convencer de que no comprara nada. Fue una estafa en toda regla y Robankia tendría que haber sido liquidada sin contemplaciones, utilizando el Fondo de Garantía de Depósitos para restablecer hasta el último céntimo de las cuentas a la vista y depósitos de las cajas quebradas, cosa que habría sido mucho más noble y menos gravosa para el Estado. Pero claro, había que salvar a los golfos que se habían hecho de oro dejándolas en quiebra...´, sentenció un lector.